Pensar en una educación fuera de los edificios escolares o universitarios, que llegue hasta el lugar donde se encuentran los alumnos, con currículos flexibles, centrada en el autoaprendizaje, la resolución de problemas el desarrollo de proyectos, el trabajo colaborativo, se ha convertido en un gran reto para el desarrollo de la sociedad actual, inscrita en lo que se ha denominado la sociedad del conocimiento, la aldea global, la sociedad en red. Reto que se debe asumir desde el sistema educativo con el concurso de todas las instancias para dar respuestas coherentes a las necesidades que plantea la formación de los jóvenes en el devenir del siglo XXI.
El impacto de las TIC en la sociedad actual es un hecho ampliamente registrado y documentado. Se han generado experiencias de utilización de las TIC para mejorar los procesos de aprendizaje, ampliar la cobertura y apostarle a una mejor calidad de la educación. Especialmente en el contexto de lo que se ha denominado la educación a distancia, recursos como el Internet están dinamizando procesos educativos ampliando la posibilidad de acceso a la educación superior a mayor numero de personas en todo el mundo, porque ya no es sólo una educación a distancia circunscrita a las regiones aledañas al centro que ofrece el servicio, sino que ha desbordado las fronteras entre países, ejemplo de ello son los cursos de pregrado y postgrado, los diplomados, las especializaciones, las maestrías y doctorados que se están ofreciendo desde diversas universidades del mundo.
Los ambientes virtuales de aprendizaje (AVA) se caracterizan por el empleo de recursos informáticos y de telecomunicaciones para brindar formación a distancia a las personas que por condiciones particulares no pueden desplazarse para recibir una formación presencial.
Las experiencias de educación virtual que se vienen realizando muestran posibilidades muy interesantes de formación en los niveles superiores en las modalidades presencial a distancia o mixta. La creación de ambientes virtuales de aprendizaje brinda posibilidades para compartir recursos, conocimientos, prácticas y experiencias que enriquecen la incorporación de nuevos conocimientos, pero para ello se hace necesaria una redefinición de los elementos que constituyen los procesos educativos (administrativos, curriculares, locativos y técnicos).
En cuanto a lo curricular es necesario pensar en un modelo de formación coherente con las condiciones de aprendizaje que se generan a partir del uso de recursos informáticos como los procesadores de texto y gráficos, los textos multimediales, e Internet con sus diversas posibilidades de interacción y comunicación.
El enfoque socioconstructivista inspirado en la teoría sociohistórica de Vygotsky ofrece un referente conceptual del aprendizaje coherente con la dinámica de interacción que se puede establecer en los AVA. La tesis fundamental de la obra de Vigotsky, es planteada por Moll en los siguientes términos: “la relación de los seres humanos y el mundo social es indisoluble; por lo tanto, el pensamiento humano no se puede reducir a propiedades o rasgos individuales; el pensamiento siempre esta mediatizado, distribuido entre las personas, los artefactos, las actividades y los entornos. Los seres humanos piensan con los artefactos de la cultura, especialmente con la ayuda del habla oral y escrita.” (Moll, 1997: 50-51)
Un rasgo característico de la sociedad del conocimiento es la presencia de las TIC en todos los ámbitos de la vida, generando una dinámica de intercambio de información permanente, flexible y fluida. De esta manera se ve claramente como el conocimiento se distribuye entre grupos e individuos que ya no necesariamente están próximos, sino que pueden encontrarse a kilómetros de distancia. El aprendizaje se genera en la interacción con otros a través de mediadores tecnológicos como las TIC. En este sentido el modelo de formación implícito en los AVA deben descansar sobre una concepción de comunidad de aprendizaje que permita al estudiante a aprender con otros en un proceso de construcción critica y analítica del conocimiento.
Para Vygotsky el aprendizaje es un proceso de internalización, es decir, una reconstrucción interna por parte del sujeto de una operación externa ocurrida en su entorno social. Lo que el individuo internaliza son las experiencias sociales que se generan en las interacciones con los otros. El aprendizaje es por lo tanto primero social y después individual (Vygotsky, 1989:94). Mediante las actividades realizadas colectivamente el individuo aprende a utilizar los instrumentos y prácticas propias de su grupo social, lo cual implica una triple transformación: la primera se refiere al funcionamiento intelectual del individuo y de su capacidad para participar efectivamente en la actividad; la segunda está referida a las transformaciones que ocurren en determinadas situaciones por las acciones de los participantes; y la tercera tiene que ver con los instrumentos y las practicas adaptadas y utilizadas en actividades concretas. Castorina sintetiza así la tesis de Vygotsky a este respecto: “la cultura suministra a los individuos los sistemas simbólicos de representación y sus significados, que se convierten en organizadores del pensamiento, es decir, en instrumentos aptos para representar la realidad” (Castorina, 1996:29)
Un aspecto fundamental en el proceso de aprendizaje ya sea presencial o virtual, es el papel del docente. De acuerdo con Vygotsky los miembros más maduros del grupo social actúan como mediadores entre la cultura y el individuo promoviendo procesos interpsicológicos (entre sujetos) que serán posteriormente internalizados por el sujeto. Dentro de este contexto, los actores del proceso de aprendizaje redefinen sus roles; los profesores y sus alumnos conjuntamente, se convierten en constructores activos de conocimiento. Al profesor le corresponde fundamentar su enseñanza en un conocimiento puntual de lo que los alumnos ya saben, de sus intereses y expectativas de aprendizaje, a fin de dirigir las actividades hacia logros que sean significativos para sus alumnos. De este modo se reconoce el papel preponderante del componente dialógico entre el docente y alumno en el proceso de formación de conceptos.
En el caso de los AVA el papel de mediador es fundamental para generar experiencias de aprendizaje constructivo, y crear espacios de participación, intercambio de conocimiento e interacción social. La idea de mediador del aprendizaje, le otorga otra dimensión al papel del educador y modifica la dinámica de la enseñanza. Si el profesor participa como apoyo en el proceso constructivo del alumno, es muy importante que ese apoyo esté debidamente ajustado a las necesidades de éste para que realmente pueda movilizar y activar sus conocimientos.
El proceso de contrucción del conocimiento no puede realizarse en solitario, aquí el papel preponderante lo tiene la interacción social. La enseñanza se asume como un proceso conjunto, compartido, en el que el alumno, gracias a la ayuda que recibe del profesor/tutor o de los pares, progresivamente va alcanzando la competencia y autonomía en la resolución de problemas, y en el nivel de conceptualización. Mauri lo expresa claramente: “La actividad que el alumno despliega en la construcción de los conocimientos no puede llevarse a cabo de manera solitaria debido precisamente a la naturaleza de los saberes culturales. El alumno necesita del concurso de otros que le ayuden en el proceso de representación y atribución de significados”. (Mauri, 1996:75)
El concepto de mediación en esta teoría se extiende igualmente a las herramientas y los signos propios de la cultura, los cuales actúan como mediatizadores de la conducta humana. Vygotsky establece una clara diferencia entre ellos. Para él la herramienta es externa al sujeto, está orientada a la actividad sobre los objetos, hacia la transformación de la realidad física y social, al dominio de la naturaleza. El signo no cambia nada del objeto, su actividad es interna, busca el dominio, la autorregulación de la propia conducta. Ambas son actividades mediatas y están estrechamente relacionadas (Vygotsky, 1989).
La interacción del hombre con su ambiente ocurre a través del uso de los instrumentos, recursos, artefactos y símbolos culturales; entre estos instrumentos el lenguaje tanto oral como escrito juega un papel fundamental en el desarrollo cognitivo. El uso de estos artefactos culturales no sólo es fundamental como mediador en las interacciones sociales, sino que además genera entornos sociales donde se promueve el desarrollo intelectual (Moll, 1997). En este sentido es importante capitalizar las posibilidades que brindan los AVA al conjugar la mediación humana, con la de las herramientas y los símbolos, para el diseño de objetos didácticos coherentes con los procesos de construcción del conocimiento, el aprendizaje colaborativo, el aprendizaje significativo y la resolución de problemas.
La ayuda eficiente debe conjugar dos aspectos fundamentales: (1) Debe tener en cuenta los esquemas de conocimiento del alumno, y (2) debe provocar desafíos que permitan cuestionar y modificar los significados. Esto supone que se le planteen al alumno retos que pueda abordar y resolver por sí mismo o con el apoyo de sus pares y del profesor. La idea implícita en la construcción conocimiento, que es importante considerar cuando se están diseñando los objetos de aprendizaje para los AVA, es que el aprender equivale a elaborar una representación personal del contenido objeto de aprendizaje. Esta representación se realiza desde los conocimientos que ya tiene el que aprende y que le sirven para enganchar el nuevo contenido. Por lo tanto los materiales que se presenten a los estudiantes de un curso virtual deben generar posibilidades para que sondeen sus conocimientos previos sobre el tema y que los pueda discutir con el grupo a través de las herramientas que ofrece la plataforma. La relación entre contenidos previos y nuevos requiere de un proceso activo del sujeto, lo cual le permitirá reorganizar y enriquecer el conocimiento. En este sentido el aprendizaje cobra real importancia y se centra en la idea del aprender a aprender y del aprender a pensar.
Finalmente, un aspecto del currículo muy importante y que es fundamental considerar en los AVA es la evaluación. Si hemos planteado la importancia de redefinir los roles del profesor y del alumno, y la dinámica misma del proceso de enseñanza y aprendizaje se hace necesario, igualmente, un cambio en la concepción de la evaluación. El aprender a aprender implica el desarrollo y la adquisición de procedimientos de autorregulación como un componente del proceso de construcción de significados.
Luz Estella Giraldo Lopez
El impacto de las TIC en la sociedad actual es un hecho ampliamente registrado y documentado. Se han generado experiencias de utilización de las TIC para mejorar los procesos de aprendizaje, ampliar la cobertura y apostarle a una mejor calidad de la educación. Especialmente en el contexto de lo que se ha denominado la educación a distancia, recursos como el Internet están dinamizando procesos educativos ampliando la posibilidad de acceso a la educación superior a mayor numero de personas en todo el mundo, porque ya no es sólo una educación a distancia circunscrita a las regiones aledañas al centro que ofrece el servicio, sino que ha desbordado las fronteras entre países, ejemplo de ello son los cursos de pregrado y postgrado, los diplomados, las especializaciones, las maestrías y doctorados que se están ofreciendo desde diversas universidades del mundo.
Los ambientes virtuales de aprendizaje (AVA) se caracterizan por el empleo de recursos informáticos y de telecomunicaciones para brindar formación a distancia a las personas que por condiciones particulares no pueden desplazarse para recibir una formación presencial.
Las experiencias de educación virtual que se vienen realizando muestran posibilidades muy interesantes de formación en los niveles superiores en las modalidades presencial a distancia o mixta. La creación de ambientes virtuales de aprendizaje brinda posibilidades para compartir recursos, conocimientos, prácticas y experiencias que enriquecen la incorporación de nuevos conocimientos, pero para ello se hace necesaria una redefinición de los elementos que constituyen los procesos educativos (administrativos, curriculares, locativos y técnicos).
En cuanto a lo curricular es necesario pensar en un modelo de formación coherente con las condiciones de aprendizaje que se generan a partir del uso de recursos informáticos como los procesadores de texto y gráficos, los textos multimediales, e Internet con sus diversas posibilidades de interacción y comunicación.
El enfoque socioconstructivista inspirado en la teoría sociohistórica de Vygotsky ofrece un referente conceptual del aprendizaje coherente con la dinámica de interacción que se puede establecer en los AVA. La tesis fundamental de la obra de Vigotsky, es planteada por Moll en los siguientes términos: “la relación de los seres humanos y el mundo social es indisoluble; por lo tanto, el pensamiento humano no se puede reducir a propiedades o rasgos individuales; el pensamiento siempre esta mediatizado, distribuido entre las personas, los artefactos, las actividades y los entornos. Los seres humanos piensan con los artefactos de la cultura, especialmente con la ayuda del habla oral y escrita.” (Moll, 1997: 50-51)
Un rasgo característico de la sociedad del conocimiento es la presencia de las TIC en todos los ámbitos de la vida, generando una dinámica de intercambio de información permanente, flexible y fluida. De esta manera se ve claramente como el conocimiento se distribuye entre grupos e individuos que ya no necesariamente están próximos, sino que pueden encontrarse a kilómetros de distancia. El aprendizaje se genera en la interacción con otros a través de mediadores tecnológicos como las TIC. En este sentido el modelo de formación implícito en los AVA deben descansar sobre una concepción de comunidad de aprendizaje que permita al estudiante a aprender con otros en un proceso de construcción critica y analítica del conocimiento.
Para Vygotsky el aprendizaje es un proceso de internalización, es decir, una reconstrucción interna por parte del sujeto de una operación externa ocurrida en su entorno social. Lo que el individuo internaliza son las experiencias sociales que se generan en las interacciones con los otros. El aprendizaje es por lo tanto primero social y después individual (Vygotsky, 1989:94). Mediante las actividades realizadas colectivamente el individuo aprende a utilizar los instrumentos y prácticas propias de su grupo social, lo cual implica una triple transformación: la primera se refiere al funcionamiento intelectual del individuo y de su capacidad para participar efectivamente en la actividad; la segunda está referida a las transformaciones que ocurren en determinadas situaciones por las acciones de los participantes; y la tercera tiene que ver con los instrumentos y las practicas adaptadas y utilizadas en actividades concretas. Castorina sintetiza así la tesis de Vygotsky a este respecto: “la cultura suministra a los individuos los sistemas simbólicos de representación y sus significados, que se convierten en organizadores del pensamiento, es decir, en instrumentos aptos para representar la realidad” (Castorina, 1996:29)
Un aspecto fundamental en el proceso de aprendizaje ya sea presencial o virtual, es el papel del docente. De acuerdo con Vygotsky los miembros más maduros del grupo social actúan como mediadores entre la cultura y el individuo promoviendo procesos interpsicológicos (entre sujetos) que serán posteriormente internalizados por el sujeto. Dentro de este contexto, los actores del proceso de aprendizaje redefinen sus roles; los profesores y sus alumnos conjuntamente, se convierten en constructores activos de conocimiento. Al profesor le corresponde fundamentar su enseñanza en un conocimiento puntual de lo que los alumnos ya saben, de sus intereses y expectativas de aprendizaje, a fin de dirigir las actividades hacia logros que sean significativos para sus alumnos. De este modo se reconoce el papel preponderante del componente dialógico entre el docente y alumno en el proceso de formación de conceptos.
En el caso de los AVA el papel de mediador es fundamental para generar experiencias de aprendizaje constructivo, y crear espacios de participación, intercambio de conocimiento e interacción social. La idea de mediador del aprendizaje, le otorga otra dimensión al papel del educador y modifica la dinámica de la enseñanza. Si el profesor participa como apoyo en el proceso constructivo del alumno, es muy importante que ese apoyo esté debidamente ajustado a las necesidades de éste para que realmente pueda movilizar y activar sus conocimientos.
El proceso de contrucción del conocimiento no puede realizarse en solitario, aquí el papel preponderante lo tiene la interacción social. La enseñanza se asume como un proceso conjunto, compartido, en el que el alumno, gracias a la ayuda que recibe del profesor/tutor o de los pares, progresivamente va alcanzando la competencia y autonomía en la resolución de problemas, y en el nivel de conceptualización. Mauri lo expresa claramente: “La actividad que el alumno despliega en la construcción de los conocimientos no puede llevarse a cabo de manera solitaria debido precisamente a la naturaleza de los saberes culturales. El alumno necesita del concurso de otros que le ayuden en el proceso de representación y atribución de significados”. (Mauri, 1996:75)
El concepto de mediación en esta teoría se extiende igualmente a las herramientas y los signos propios de la cultura, los cuales actúan como mediatizadores de la conducta humana. Vygotsky establece una clara diferencia entre ellos. Para él la herramienta es externa al sujeto, está orientada a la actividad sobre los objetos, hacia la transformación de la realidad física y social, al dominio de la naturaleza. El signo no cambia nada del objeto, su actividad es interna, busca el dominio, la autorregulación de la propia conducta. Ambas son actividades mediatas y están estrechamente relacionadas (Vygotsky, 1989).
La interacción del hombre con su ambiente ocurre a través del uso de los instrumentos, recursos, artefactos y símbolos culturales; entre estos instrumentos el lenguaje tanto oral como escrito juega un papel fundamental en el desarrollo cognitivo. El uso de estos artefactos culturales no sólo es fundamental como mediador en las interacciones sociales, sino que además genera entornos sociales donde se promueve el desarrollo intelectual (Moll, 1997). En este sentido es importante capitalizar las posibilidades que brindan los AVA al conjugar la mediación humana, con la de las herramientas y los símbolos, para el diseño de objetos didácticos coherentes con los procesos de construcción del conocimiento, el aprendizaje colaborativo, el aprendizaje significativo y la resolución de problemas.
La ayuda eficiente debe conjugar dos aspectos fundamentales: (1) Debe tener en cuenta los esquemas de conocimiento del alumno, y (2) debe provocar desafíos que permitan cuestionar y modificar los significados. Esto supone que se le planteen al alumno retos que pueda abordar y resolver por sí mismo o con el apoyo de sus pares y del profesor. La idea implícita en la construcción conocimiento, que es importante considerar cuando se están diseñando los objetos de aprendizaje para los AVA, es que el aprender equivale a elaborar una representación personal del contenido objeto de aprendizaje. Esta representación se realiza desde los conocimientos que ya tiene el que aprende y que le sirven para enganchar el nuevo contenido. Por lo tanto los materiales que se presenten a los estudiantes de un curso virtual deben generar posibilidades para que sondeen sus conocimientos previos sobre el tema y que los pueda discutir con el grupo a través de las herramientas que ofrece la plataforma. La relación entre contenidos previos y nuevos requiere de un proceso activo del sujeto, lo cual le permitirá reorganizar y enriquecer el conocimiento. En este sentido el aprendizaje cobra real importancia y se centra en la idea del aprender a aprender y del aprender a pensar.
Finalmente, un aspecto del currículo muy importante y que es fundamental considerar en los AVA es la evaluación. Si hemos planteado la importancia de redefinir los roles del profesor y del alumno, y la dinámica misma del proceso de enseñanza y aprendizaje se hace necesario, igualmente, un cambio en la concepción de la evaluación. El aprender a aprender implica el desarrollo y la adquisición de procedimientos de autorregulación como un componente del proceso de construcción de significados.
Luz Estella Giraldo Lopez
Escuela de Educación
UIS
Referencias
Castorina, J.A. (1996). El debate Piaget - Vigotsky: la búsqueda de un criterio para su evaluación. En J. A. Castorina, E. Ferreiro, M. Kohl de O. y D. Lerner. Piaget-Vygotsky: contribuciones para plantear el debate (pp. 9-44.). Buenos Aires: Paidós.
Mauri, T. (1996). ¿Que hace que el alumno y la alumna aprendan los contenidos escolares? La naturaleza activa y constructiva del conocimiento. En C. Coll, et al. El Constructivismo en el aula (pp. 65-99). Barcelona: Gaviota.
Moll, L.C. (1997) “Vygotski, la educación y la cultura en acción” En: Alvarez, Amelia (editora) Hacia un currículum cultural; la vigencia de Vigotski en la educación. Madrid:Fundación Infancia y Aprendizaje. pp 39-53
Vygotski. L.S. (1989). El desarrollo de los procesos psicológicos superiores. Barcelona: Grijalbo.
Referencias
Castorina, J.A. (1996). El debate Piaget - Vigotsky: la búsqueda de un criterio para su evaluación. En J. A. Castorina, E. Ferreiro, M. Kohl de O. y D. Lerner. Piaget-Vygotsky: contribuciones para plantear el debate (pp. 9-44.). Buenos Aires: Paidós.
Mauri, T. (1996). ¿Que hace que el alumno y la alumna aprendan los contenidos escolares? La naturaleza activa y constructiva del conocimiento. En C. Coll, et al. El Constructivismo en el aula (pp. 65-99). Barcelona: Gaviota.
Moll, L.C. (1997) “Vygotski, la educación y la cultura en acción” En: Alvarez, Amelia (editora) Hacia un currículum cultural; la vigencia de Vigotski en la educación. Madrid:Fundación Infancia y Aprendizaje. pp 39-53
Vygotski. L.S. (1989). El desarrollo de los procesos psicológicos superiores. Barcelona: Grijalbo.
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